Tercer domingo, 11 de diciembre, Gaudete.

Este tercer domingo de Adviento se denomina Gaudete. En este domingo la Iglesia se viste de rosado. En siglos antiguos, cuando la gente hacía mucha penitencia, tanto en Adviento como en Cuaresma la Iglesia aliviaba a los fieles de tan crudas penitencias permitiéndoles, en el III domingo, dejar de lado las penitencias y comer un poco mejor. Ya no es el caso, porque la gente prácticamente no hace penitencia y mucho menos en diciembre, pero el espíritu de ese día quedó fijado.

En el Evangelio tenemos de nuevo a Juan el Bautista, que está ya en la cárcel. Sacudido por la incertidumbre, porque no sabe si Jesús es en realidad el mesías, manda a sus discípulos a hacer una pregunta interesante, de si Jesús es el mesías o si hay que seguir esperando. Jesús, que pocas veces contestó preguntas, le manda a decir que los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son purificados. Jesús, además, utiliza su discurso para alabar la figura gloriosa del Bautista que, sin aparecer como alguien importante, sin vivir en palacios ni vestir como príncipe, resulta el más grande de los nacidos de mujer, aunque el más pequeño en el reino de los cielos sea más grande que él.

Por su parte, el profeta Isaías declara la alegría y el gozo para el desierto, porque los días del mesías traerían una transformación total, precisamente la transformación que Jesús mencionaba a Juan Bautista: desiertos florecientes, el esplendor de la naturaleza y la gloria de Dios manifestada en la tierra. El mesías traería fortaleza a los débiles, firmeza a los de rodillas vacilantes, vista a los ciegos, capacidad de oír para los sordos y, sobre todo, el regreso de los que estaban dispersos. Para responder a esta lectura está el salmo 145 en que, llenos de alegría cantamos: “ven, Señor, ven a salvarnos” .

Por su parte, Santiago, en la segunda lectura, asegura que es necesario tener paciencia hasta que llegue el Señor. Ser como los agricultores, que conocen los ciclos de la tierra, que siembra la semilla y esperan con paciencia la llegada de las lluvias. Es una mezcla de paciencia y ánimo porque la venida del Señor está próxima.

Comparta este artículo:

Compartir en Facebook
Compartir en WhatsApp
Compartir en Twitter
Compartir en Telegram
Compartir por Correo Electrónico
Imprima

Comente