Estén prevenidos y preparados

Feliz Año Nuevo. Con todo el afecto y el cariño de damos la bienvenida a este nuevo caminar por la liturgia de la Iglesia a través de las próximas 52 semanas. A partir de hoy, en el primer domingo del Adviento, nosotros volveremos a tener una nueva oportunidad para encontrarnos con Cristo. La Iglesia, madre y Maestra, nos lo presentará con toda la plenitud que pueda para que nosotros, fieles seguidores de esta fe, podamos abrazarnos de Cristo y alcanzar en él la salvación.

Un Evangelio que nos habla del juicio final, una página dolorosa que nos pone frente nuestra verdadera realidad, esto es, no conocemos el momento del regreso de Jesucristo y se nos pide ser preparados porque en esa preparación está la respuesta del creyente al amor de Dios derramado en nuestros corazones.

En la primera lectura, texto de Isaías se nos dice que, en todo caso, el regreso del señor estará marcado por un banquete maravilloso, banquete al que todos estamos invitados, no sólo los hebreos sino todos los seres humanos. Ese banquete, además, estará marcado por la transformación de los principios más hostiles de la humanidad. La guerra se hará paz. El texto es respondido con el salmo 121, con el cual festejamos nuestra subida a Jerusalén, lugar del encuentro con el Señor.

Por su parte, San Pablo nos garantiza que, en todo caso, “la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe”. Su recomendación, además, esa evitar los excesos en la comida y en la bebida, sobre todo en estos días de fiesta. Todo esto se logrará sino se vestimos de Jesucristo.

Feliz Año Nuevo y que este caminar nos lleve a Cristo para empezar a preparar nuestro encuentro con el Padre.

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